“El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido y me ha enviado a evangelizar a los pobres.” Con estas palabras del libro de Isaías, Monseñor Ismael Rueda Sierra, arzobispo de Bucaramanga, inició su homilía en la celebración de la Misa Crismal, que se llevó a cabo en la mañana de este miércoles 06 de abril, en la Catedral de la Sagrada Familia.
La celebración, en donde también participó el Presbiterio de la Iglesia Particular de Bucaramanga, tuvo tres momentos significativos:
– Bendición y revestimiento de albas: El Arzobipo bendijo las albas que los jóvenes del primer año del Seminario Mayor vistieron por primera vez.
– Renovación de los compromisos sacerdotales: Monseñor Ismael Rueda Sierra invitó a los presbíteros a permanecer fieles en su ministerio y a renovar públicamente sus promesas sacerdotales.
– Bendición de los Santos Óleos y consagración del Santo Crisma: El Crisma consagrado y los óleos bendecidos son confiados a los presbíteros, acompañados por sus comunidades, para ser usados, cuidados y conservados con respeto y veneración, de forma que la gracia divina, portadora de fuerza y de vida, fluya en el Pueblo de Dios.
Para la celebración de los Óleos y el Crisma, cada párroco con un integrante del Equipo Parroquial de Animación Pastoral EPAP, entregó la programación pastoral del 2022, Año de la Oración Cristiana y del Sacramento de la Eucaristía.
Dentro de su mensaje, Monseñor Ismael Rueda Sierra, invitó a pedir a Dios por la superación de las contiendas y sus graves consecuencias, haciendo referencia al conflicto entre Rusia y Ucrania.
De igual forma, al finalizar su homilía recordó al presbiterio que la renovación de los compromisos sacerdotales debe hacerse en un espíritu de Sinodalidad: Comunión, Participación y Misión.