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“La Cruz, camino de esperanza y vida”. Viernes Santo 2025

    En el marco solemne de la celebración del Viernes Santo, el arzobispo de Bucaramanga, Monseñor Ismael Rueda Sierra, presidió la Liturgia de la Pasión del Señor, invitando a los fieles a contemplar con profundo silencio y recogimiento el misterio de la Cruz, signo de entrega, obediencia y esperanza.

    Durante su homilía, Monseñor Ismael Rueda Sierra, recordó las palabras de Jesús: “Cuando yo sea levantado en alto, atraeré a todos hacia mí”. A partir de esta afirmación, invitó a los presentes a meditar desde el corazón lo que significa la crucifixión: no solo un acontecimiento del pasado, sino una expresión viva del amor de Dios que sigue tocando las fibras más profundas de nuestras familias, comunidades y de nuestra historia como país.

    “La cruz de Cristo —expresó el arzobispo— encierra una enorme sabiduría para todos nosotros. Aunque para muchos parezca escándalo o locura, en ella se nos revela un programa de vida, una forma de vivir marcada por la entrega cotidiana, la solidaridad y la fe en la vida que brota de la resurrección”.

    Monseñor hizo énfasis en la dimensión vertical y horizontal de la cruz, que nos orienta hacia Dios, fuente de vida y salvación, pero también hacia los hermanos, con quienes estamos llamados a compartir la vida y extender nuestras manos. “Como Jesús, estamos llamados a dar la vida por los demás”, afirmó.

    La cruz, más allá del dolor y el sufrimiento, fue presentada como un árbol de vida, que reverdece y florece porque en ella brota la esperanza de la Resurrección. Monseñor resaltó el inicio del texto del profeta Isaías, leído en la liturgia: “Mi siervo triunfará”, recordando que el camino del sufrimiento asumido por Cristo conduce a la victoria plena de la vida nueva.

    Al evocar la narración de la Pasión según San Juan, el arzobispo invitó a contemplar los rostros y reacciones de los personajes que acompañaron a Jesús, reconociendo en ellos las luces y sombras de la condición humana. A su vez, destacó la presencia de María, la Madre de Jesús, firme y valiente al pie de la cruz, como modelo de esperanza confiada: “Ella es Madre de Esperanza y nos recuerda que la cruz del Señor es también camino de esperanza para todos nosotros”.

    Finalmente, en este tiempo de gracia que representa el Año Jubilar 2025, Monseñor Ismael Rueda Sierra llamó a los fieles a continuar en el silencio del corazón, dejando que la Palabra de Dios y el ejemplo de Cristo crucificado inspiren la vida personal, familiar y social. “Que el Señor nos enseñe a caminar con su cruz, pensando siempre en la gran esperanza de la resurrección”, concluyó.