Cada dos de noviembre como católicos recordamos a todos los fieles difuntos, aquellas personas que se nos han adelantado al encuentro con Jesucristo, en este día expresamos además nuestra fe en la resurrección de Cristo y oramos para que las almas de los fallecidos descansen en paz.
El catecismo de la Iglesia Católica en el numeral 1055 nos dice que «En virtud de la «comunión de los santos», la Iglesia encomienda los difuntos a la misericordia de Dios y ofrece sufragios en su favor, en particular el santo sacrificio eucarístico», invitándonos a orar de manera piadosa para que quienes ya no están con nosotros estén en la presencia de Dios.
En este día la Iglesia dedica la liturgia anima a orar por el eterno descanso de quienes han muerto, con la esperanza de que todos, en el día que no conoce final, nos podamos reunir en el amor infinito de Dios.
A propósito, el Papa Francisco en su homilía presidida en la mañana del miércoles 02 de noviembre de 2022, aseguró que las lecturas de hoy nos «Dice algo que nos alegra el corazón porque hará realidad precisamente nuestras mayores expectativas: el Señor «abolirá la muerte para siempre» y «enjugará las lágrimas de todos los rostros» (v. 8). Es bonito cuando el Señor viene a secar las lágrimas. Y es feo cuando esperamos que sea algún otro y no el Señor quien las seque. Y es más feo todavía, no tener lágrimas».
En este día se recomiendan algunas oraciones de manera especial aquellas que piden la intercesión de la virgen María, como el santo rosario; también es bueno pedir la ayuda de los santos a través de novenas y oraciones votivas, además de asistir a la Santa Eucaristía ofreciéndola por todos los fieles difuntos.
No debemos olvidar que toda oración debe estar acompañada de obras de caridad o pequeños sacrificios de la vida cotidiana como, por ejemplo, la limosna, esto es, compartir nuestros bienes con los más necesitados.
Radio Católica Metropolitana, te comparte esta bella oración por los fieles difuntos para que puedas orar en este día por los fallecidos.
Padre Eterno, soberano Dios!
Envía a tus ángeles a sacar del purgatorio a esta alma
por quien es mi intención rogar;
te suplico la lleves a tu gloria,
y os pido Señor que
la parte que falta de satisfacer por sus culpas,
la perdones por los méritos de las penas de tu Hijo,
mi Señor Jesucristo.
Os ruego mi Creador misericordioso,
no seas riguroso en mi juicio
y no nos dejes caer en la tentación,
librándonos de todo mal.
Amén.