La Fiesta de Todos los Santos, se celebra cada primero de noviembre con el fin de contrarrestar los efectos negativos del día a los monstros y a las brujas el 31 de octubre. Este día fue consagrado por el Papa Gregorio IV, asignando el 1 de noviembre como el día de Todos los Santos, para toda la Iglesia a mediados del siglo IX. Durante esta fiesta, se celebra a todos los fieles que después de su muerte han sido santificados o beatificados.
¿Quiénes son los santos? Los santos son personas que llevaron una vida llena de virtudes y llegaron a ser modelos con vidas ejemplares de perfección. En todos los tiempos ha habido santos, algunos lo han sido desde el día en que nacieron, otros conocieron a Dios en el camino de su vida, logrando un cambio al encontrarse con él.
En la iglesia Católica, todos estamos llamados a ser Santos, pues así lo quiere Dios y así lo dispuso, dando el Don de la Fe a toda la humanidad, invitándolos a seguir a Jesús, actuando como Él, haciendo el bien como Él y amando como Él.
El Papa Emérito Benedicto XVI dijo que “El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad que éstas lo irán progresivamente transformando. Por esta belleza y verdad está dispuesto a renunciar a todo, también a sí mismo. Le es suficiente el amor de Dios, que experimenta y transmite en el servicio humilde y desinteresado al prójimo”.
En la actualidad existen más de 10.000 Beatos y Santos en la Iglesia Católica, por esta razón se hace muy difícil que cada uno tenga un día en especial, así que se designó el primero de noviembre como un día para celebrar no solo a Todos los Santos, sino también a todos los que aún no están canonizados pero viven en la presencia del Señor.